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Introducción
Las calderas de fluido térmico de Babcock Wanson, con quemador de gas, fuel o doble combustible integrado, satisfacen las necesidades de la industria moderna. Con el empleo de un fluido térmico como medio de transferencia de calor, los usuarios no tienen que enfrentarse a los bien conocidos problemas que plantean la presión, la formación de incrustaciones, la corrosión o las heladas.
La amplia gama de referencias de Babcock Wanson en el campo del calentamiento por fluido térmico pone de manifiesto la calidad de nuestros equipos y nuestra capacidad para encontrar la solución más adecuada para cada aplicación.
Las calderas de fluido térmico han revolucionado el calentamiento de procesos haciendo que las grandes salas técnicas totalmente atendidas y de alto consumo energético sean cosa del pasado en la mayoría de las industrias. Los sistemas de calentamiento por fluido térmico son equipos compactos, fáciles de usar y casi imbatibles en cuanto al ahorro en la demanda de energía total.
A diferencia de los equipos de vapor, en las calderas de fluido térmico no se produce ningún cambio de estado del fluido, de modo que no existe condensado ni, por tanto, pérdidas de vapor de expansión instantánea, pérdidas por purga o demanda de agua de relleno. Tampoco se produce ningún efluente de salida y los sistemas están totalmente exentos de corrosión, sin necesidad de ningún costoso tratamiento químico. Todo esto se traduce en un ahorro significativo para el operador.
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Principio de funcionamiento
El calentamiento por fluido térmico se basa en un principio similar al que rige los sistemas de agua caliente simples. Funciona gracias a un calentador conectado a un sistema de tuberías de flujo y retorno de acero al carbono que puede suministrar calor a uno o a varios usuarios o sistemas. Sin embargo, por ese sistema de tuberías no circula agua como medio de transferencia de calor, sino un fluido térmico compatible (normalmente, aceites minerales específicos o fluidos de base sintética). Se trata de un sistema muy flexible que permite emplear distintos fluidos para satisfacer requisitos de calentamiento específicos del proceso.
¿En qué procesos son más útiles las calderas de fluido térmico?
Las calderas de fluido térmico suelen funcionar a temperaturas de hasta 350 °C a la presión atmosférica y siguen siendo bombeables hasta temperaturas de –20 °C (e incluso inferiores con fluidos especiales), una característica que los convierte en una solución compatible con multitud de aplicaciones.
Ventajas de las calderas de fluido térmico
- Funcionamiento sencillo
- Sin riesgo de congelación
- Ausencia de producción de efluentes líquidos
- No se requiere ningún tratamiento de agua o producto químico
- Mantenimiento muy reducido y vida útil muy prolongada de la instalación
- Ausencia de corrosión
- Funcionamiento en circuito cerrado: sin pérdidas del sistema
- Elevada eficiencia de combustión y de la instalación